martes, 26 de agosto de 2008

vuelvo a ser yo, con lo bueno y lo malo

estoy cargadísima. una malhumor grisáceo e instalado. como el clima. son las dos y cuarto y está por caer una tormenta infame. ayer diluvió pero mucho más tarde. hoy, para colmo, tengo ginecólogo. no es que me traume en lo más mínimo pero ya dije que no soy la mejor amiga del cricket. parí dos veces e igual me duele. a la vez, me tengo que subir a la maldita balanza. desde que dije que había vuelto a ser yo, se cumplió. como todas las profecías, se autocumplen. me volvió el deseo y la cachondez después de muchos años de indiferencia. sí, diego y yo garchamos un montón siempre. cuando cogemos poco son dos veces por semana. con o sin mis ganas. por suerte ahora con bríos renovados. también me da gracia que no me crean. si no cogiera lo diría o mínimo no hablaría del tema. en fin. pero también este estilo incordioso, agobiado y lleno de hastío que tanto me identifica.

me voy a comer huachinango.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Está muy bien la postura de él: yo le sigo dando hasta que le vuelva a gustar. En mi opinión, es lo mejor que un marido puede hacer. Después están los otros, los que se las toman a coger a otra parte.
Luis.

Anónimo dijo...

jb
el sexo pone a la gente de buen humor y si el sexo es tan bueno se convierte en alegria indisimulable besos juan jose de bs as