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los días no ayudan, para nada. gris, gris y más gris todo el puto día. hoy me levanté mejor, al menos por ahora no tengo náuseas pero sí dolor de garganta. duermo de 10 a 1 y media de la mañana perfecto. después, nada. diego se me tira encima y no me queda espacio en la cama. no puedo respirar bien pero eso es por la angustia. hace mucho que no estaba tan mal, un nudo que no me deja vivir. yo digo que es por el futuro económico, diego dice que no, que lo paso por ahí pero que es otra cosa. no sé ni me importa, no logro racionalizar, no me da la cabeza para nada, pienso en responsabilidades (mis responsabilidades que son muchas) y me angustio todavía más, ningún pensamiento tiene final feliz. quisiera que fuera distinto, como cuando quedé embarazada de tita que estaba tan contenta. claro, la coyuntura era completamente otra. el mundo hoy no parece un lugar seguro para vivir. hace un rato pensé que quiero volver a argentina, hace no sé cuánto que no pensaba eso. posibilidades reales: nulas. qué pena, la verdad. me sentiría tanto más contenida. además, acá no va a quedar nadie. el año que viene éxodo masivo y nosotros solos otra vez. tristeza. no quiero estar sola. ayer, mucha soledad junta, vine a casa, comí con tita, vomité todo y me tiré en la cama. lo busqué a simi y me fui a lo de lisa. me pasé la tarde ahí, un poco de apapacho necesitaba, un poquito. nos tiramos en su cuarto y me subió un bowl con papas. la vida es dura para todos, por diversos motivos (yo no me quejo eh, sólo que...).

y no mucho más. no hago casi nada porque mi estado es límbico. cuanto más sola estoy, peor me siento.

y sí, el clima. el otoño se nos cayó encima sin previo aviso.

así las cosas. baqueteadas.