miércoles, 17 de octubre de 2007

continuando: de amores.

...en realidad, antes de cursar 6to años tuve mi pasaje por el CBC. Había decidido estudiar Derecho, me gustaban las ciencias sociales y quería tener una praxis profesional que me desviara de mi angustia crónica. Además, mi papá abogado tenía un estudio y daba clases de filosofía del derecho lo cual me parecía una buena combinación. No sé si fue una o dos semanas las que duré en el sótano de Uriburu. Me había anotado con Marce y Fer Basch. Estaba tan confundida y agobiada que quise volver a analizarme (había dejado un año antes luego de un año de diván). Entonces, con la cabeza gacha tuve que ir al colegio a rogarle a Sanguinetti que me dejara volver. Y así fue, entré a sexto una semana después de que hubieran empezado las clases. Recién en el segundo cuatrimestre, sin tener una razón demasiado clara, decidí que iba a estudiar Letras. Estudiar Sociología me parecía demasiado fácil y poco prestigioso (hubiera sido una excelente opción a la luz de la historia) y no se me ocurría nada más. Sigo sin darme cuenta de lo atinado o no de la elección pero ese es otro tema. En el 97 empecé la facultad, ese mismo años trabajé como cadeta un mes gracias a un noviecín que había tenido en quinto año- que a su vez era el mejor amigo de la primaria de Fer- y no sé cómo caí ahí. Fue un mes gracioso, caminaba por el centro con unos atuendos ridículos, pescadores de pana violeta, borceguíes y musculosa verde, sólo por da un ejemplo. En esa época desarrollé un odio visceral hacia las secretarías que creen- con cierta razón- que detentan un poder superior. También en ese trabajo conocí a un chico que en ese entonces estaba casado con una licenciada en letras con quien tuve un affaire años después cuando se estaba separando. Me llevaba unos doce o trece años. También en ese año empecé el taller y me enamoré perdidamente de mi profesor- tendencia que me llevó a que me gustara un profesor de Filosofía Contemporánea que medía un metro cincuenta y parecía salido de un libro de Tolkien, eso sí, brillante. En la facultad un poco la pasaba bien, otro poco sufría como siempre. En el segundo cuatrimestre tuve un affaire con un compañero que tenía novia, ella era muy fea y él también era raro pero calentón y a mí un poco me gustaba. Nos juntábamos a estudiar y terminábamos revolcándonos. Durante los teóricos de gramática, salíamos a apretar contra las paredes. Un día se cortó y a mí me dio un poco de pena.
Seguí yendo al taller por cuatro años y aunque con el profesor nunca nunca pasó nada, sí me puse de novia con un compañero. De hecho, lo más novio que tuve antes de casarme.
A fines del 98, entonces, había empezado una pasantía en Los Inrocks. En el verano me fui a Bolivia y Perú con las chicas y cuando volví, regresé a la revista. Ayudaba en el departamento de eventos y al tiempo, a pesar de mi interés en participar de la parte editorial, comencé a trabajar en el departamento comercial. Fueron años de mucha noche, mucho recital, poco alcohol y muchos chicos. A fines del 99, el 18 de octubre para ser exactos, fuimos a una fiesta en La Catedral y me encontré con este compañero de taller. Los dos habíamos dejado de fumar hacía poco, yo estaba con el auto de mi mamá, nos quedamos charlando, se fueron nuestros amigos, volvimos a fumar los dos esa noche y finalmente nos fuimos en mi auto a un telo de Palermo. Ya era muy tarde por lo que amaneció, ese domingo era el día de la madre. Yo llamé a mis padres desde el telo para que no se preocuparan y cuando salimos al pobre lo dejé en medio de la calle-él había dejado su auto en pleno Abasto- porque tenía que llegar rápido a mi casa. Antes de entrar compré un ramo de flores que no menguó la cara de orto de mi madre.
Y así, en una semana, nos volvimos novios. Con Lau íbamos todos los domingos a Notorius y me acuerdo que un día me fue a buscar. Fue la primera vez que sentí que le gustaba verdaderamente a alguien. Venía de años de golpes y desilusiones y tener un novio me daba mucha alegría. No duró mucho. En el verano me fui a Europa con Fer, el 1 de Enero salimos para Madrid. Ese año nuevo fue uno de los más divertidos que recuerde: mucho champagne y buena música en la casa del papá de Joana. Una fiesta inolvidable, casi tanto como la del año anterior sólo que en esa además de apretar con dos pibes alternadamente enfrente de todo el mundo, me tiré a la pileta y a las siete de la mañana me fui a tomar el Buquebus que me llevó a Punta del Este a encontrarme con mis padres horrorizados de que llegara borracha y contenta. Entonces aterrizamos en Madrid y llamamos a Santi que nos vino a buscar al aeropuerto. Estuvimos unos días allí y seguimos viaje. No me acuerdo bien el itinerario pero sé que fuimos a París a la casa de la hermana de Fer, después yo me fui a Suiza en auto con mis padres (dormí todo el camino como una morsa adolescente), también me fui sola a Londres cuatro días en donde me dediqué básicamente a caminar y encerrarme en el hotel a leer a Sade. Después fuimos a Amsterdam y nos fumamos todo el porro que encontramos, no conocí ningún museo, y por las noches cenábamos con mis padres, con quienes coincidimos, intentando esconder lo inescondible. También estuvimos en Barcelona en la casa de Sebas viviendo en comunidad, fumando hash desde el desayuno hasta la cena sin solución de continuidad. Nos divertimos, nos revolcamos cada una con alguien a pesar de estar de novias y después de un mes, volvimos a Bs As y a nuestro respectivos trabajos.
Corría el 2000 y fue en Marzo cuando me descubrieron una mancha pre cancerígena en el cuello del útero y me operaron de semi urgencia. Con mi novio estaba todo mal pero decidimos posponer la ruptura para un momento menos álgido. Ahí ya no me quería demasiado, no estuvo muy presente durante la operación ni la recuperación y la cosa se fue desgastando hasta que en julio nos separamos. Lo que sacaron no era maligno por lo cual, luego de un mes sin sexo, pude seguir mi vida normal.
Entonces en Julio se terminó todo, por nada en particular pero todo en general. Una nocha íbamos a una fiesta y en lugar de venir para el lado que era, se fue para el otro. Lloré esa noche en la fiesta de El Observatorio, lloré al día siguiente después de no dormir nada y lloré las tres semanas que siguieron. Adelgacé por la tristeza y me convencí y luego me descovencí de que nunca nadie me iba a querer. Después empezamos a vernos de vez en cuando aunque yo disfrutaba mucho de mi soltería y supongo que él también. Fue el punto de inflexión, decidí que me merecía lo mejor como cualquiera, me puse flaca y a cursar como una loca. Hacía unos meses que había renunciado a la revista porque no era lo que quería. Fue un muy buen momento.
Para Navidad, mis padres lo pasaban en casa de sus amigos padres de mi viejo amor quien venía de LA con su novia motivo por el cual decidí huir y Joana me cobijó en Punta del Este. Fueron tres días perfectos de sol y charla y volví contenta de por una vez haberme preservado. Entonces, el 27 de diciembre, día del cumpleaños de Joy y Cris, estuve por llamar al que había sido mi novio para que viniera pero en lugar de eso decidí darme una oportunidad. Sabía que Cris quería presentarme a un compañero suyo de la facu- estudiaba Artes Plásticas- y en cuanto lo ví entrar me di cuenta de que era él. A los dos minutos estábamos hablando y a la media hora aprentando como adolescentes. A la una de la mañana bajé mis cosas y me fui a su casa.

continuará...

3 comentarios:

V dijo...

jb, no me dejes la historia a medias!
bajaste tus cosas, te fuiste a su casa..y como siguio???
me decis que es tu marido y muero!
besos

df dijo...

lean www.laverdadsobretodaslascosas.blogspot.com
esta bueno

Anónimo dijo...

ES COMO LA NOVELA BRASILERA DE LA SIESTA...COMO SIGUE??