sábado, 31 de mayo de 2008

cosas que pueden pasar un sabado a la mañana

te despertás a las cinco y media am, no podés dormirte y al cabo de casi una hora decidís ponerte a leer. pero no el libro de anoche, no, ese te dejó inquieta. mejor Salvatierra de Mairal. leés unas páginas y te agarra sueño de nuevo, dormís hasta las ocho sabiendo que te tenés que levantar para llevar a tu hijo a su curso de cine. el pelo te queda bien sin lavarlo, entonces, desayunás, organizás todo y te vas dejando a la menor. el camino es largo y das alguna vuelta de sobra como de costumbre, depositás a tu hijo y te vas a la plaza (centro comercial) en donde se encuentra el cine. leés durante una hora a la espera de que se abra y entonces, escuchás, mientras el libro te tiene atrapada, una canción vieja de los cadillacs. pensás que estás muy lejos de tu casa en todo sentido pero de repente, leyendo un libro de autor argentino y escuchando a esa banda, podrías estar en cualquier lugar. pensás que estás sola, disfrutando de cuatro horas para vos, no te pasa casi nunca, nunca para mayor precisión. la película que tenías en mente a esa hora incluye madres con bebés, cine ma le dicen, madres con bebés, volumen más bajo y luces prendidas. mal plan. aunque lo dudás hasta último momento porque a las 11 de la mañana de un sábado una comedia ligera con cameron díaz parece la mejor opción. pero no, entrás a la de gael pensando que serás la única espectadora pero tampoco, te sorprenderías de ver la cantidad de gente que va al cine por la mañana, al menos en el sur de la ciudad de méxico. leés hasta que empieza, las colas de las películas son todas dramáticas y europeas, te sobresaltan, la película es pésima pero te distrae de tanto pensar. volvés al lugar en donde está tu hijo, te sentás en un banco de madera, hablás por teléfono con tus amigas y arreglás la merienda y terminás el libro, la misma mañana en que lo empezaste, con un sabor dulce y triste a la vez.

y ahora, es sábado a la tarde y estás por comer.