sábado, 31 de mayo de 2008

antes, hace tanto, los sabados a la noche

te digo mucho, cuando simón era chiquito, en bs as, en nuestro departamento que quedaba justo justo enfrente de la iglesia santa elena donde hoy, hoy o ayer, por la hora, se casó wanda nara. entonces, en esa época que ya parece la prehistoria porque ya vivimos lo mismo acá que allá y eso me mata, men, me come la cabeza y me resulta increíble, los sábados a la noche no teníamos nana ni tampoco ninguna intención de salir. íbamos los tres al planet movie, alquilábamos dos pelis buenísimas (hasta un momento porque de repente resultó que todo el mundo empezó a tener dvd y el temich de la demanda se complicó en relación a la oferta del lugar pero no importa), después volvíamos a casa caminando, acostábamos a simón, pedíamos pizza a romario, diego a veces se pedía helado de persicco (yo en esa época era muy flaca y muy anoréxica y me comía un postrecito de mousse de queso blanco que era un poco miserable pero igual me hacía feliz) y pasábamos unas noches buenísimos (aunque como teníamos la tele en el cuarto muchas veces yo me quedaba dormida y diego se ponía de orto).

bueh, los sábados al mediodía comíamos en mamarracha o en los primos, siempre. los domingos tal vez comíamos con mis padres y cenábamos en lo de suegros con toda la parentela. si me preguntás me parece que los findex no veíamos muchos amigos y con razón, a los 25 nadie estaba en esa. sólo yo.

(ni la inflación ni el campo ni la crisis mundial de los alimentos ni nada de eso tenían el protagonismo de hoy).

no te digo que extraño pero tuvo su encanto y se terminó hace demasiado.

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