porque sí, gasté los noventa pero ahora, ahora que el 2000 pasó hace tanto, hoy, viernes sola en mi casa, después de leerle tres cuentos a mi hijo, luego de haberlos alimentado con una deliciosa sopa de zanahoria y sabiendo que mi marido no va a venir hasta las diez de la noche con suerte, me doy cuenta de lo que es obvio: estoy ABURRIDA.
sí, ya sé que no es para menos pero eso de la negación es lamentablemente real.
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