congelado

hay lugares que los tengo tan grabados y a personas tan intrínsecamente unidas a esos lugares, que soy incapaz de imaginarlos en otro escenario aunque ya no lo habiten hace años.

hoy me acordé de marce, mi mejor amiga de la primaria. marce. no les puedo explicar cuánto tiempo pasé con ella en su casa. me iba directo desde la escuela (salíamos a las 12 y cuarto) y me quedaba a dormir hasta que al otro día íbamos juntas al colegio. lo único que me torturaba es que la mamá no se despertaba para llevarla al cole por lo cual yo iba toda despeinada porque no sabía hacerme sola la cola de caballo (ni ningún otro peinado, marce tenía el pelo completamente pelirrojo y en una melenita practiquísima). siempre me sorprendió que la persona que trabajaba en su casa le llevaba la mochila todo el camino. eso a mí no me pasó jamás. su papá almorzaba en la casa (bueno, en realidad en dandy porque vivían en salguero y libertador) y nos llevaba bastante seguido a patinar a madison rink, creo que a esa hora eramos las únicas. la mamá de marce para mí era jovencísima, mucho más joven que mi mamá (la había tenía a los 22 y mi mamá a los 26 pero creo que lo que verdaderamente me confundía era que sarita usaba siempre joggins de tela de avión o jeans mientras que mi mamá se disfrazaba de médica psicoanalista con unos atuendos terriblemente ochentosos llenos de hombreras). de marce no sé nada hace unos cuantos años (igual no millones porque fue al pellegrini y supe bastante de ella). sus papás se mudaron hace ya sí mucho. tiene una hermana que para esta altura debe tener entre 17 y 18 años y yo la sigo recordando como una bebita. pero hay cosas que la memoria no actualiza y saben qué, me alegro.

son las nueve y veinte, tengo no sé qué canal de fondo y diego cada vez que lo llamo está en una junta por lo cual me corta.

me siento levemente miserable.