lunes, 3 de octubre de 2011

lunes am

Sentí el momento exacto en el que se armó la contractura. Un escozor me recorrió la espalda y se transformó en nudo. De la nada. Sin previo aviso. Sentada leyendo Vivir afuera.

A las 5am tuve que pararme a tomar un Dioxaflex, el dolor me estaba enloqueciendo. Ayudó. A las 8.30pm había llegado Silvia. Hablamos un rato y se fue a dormir. Creo que nos caímos bien. También me indispuse. Ahora hay sol. Llevé a Milo a la guardería, ya en el club estaban todas las máquinas ocupadas así que decidí caminar afuera, escuchando música bajo el cielo gris otoñal. Ese circuito hacíamos con Pau los fines de semana, con o sin carreolas. Mientras caminaba a buen ritmo pensé que la sigo extrañando como si recién se hubiera ido, ayer le escribí por su cumple. Si me preguntabas, estaba segura de que iba a acostumbrarme mejor a su ausencia. Pero no. También pensé en lo reducido de mi lexicón a pesar de tanta lectura.

Estoy gorda sin lugar a dudas. Poca voluntad de dieta hasta hoy. Veremos qué logramos esta semana volviendo al deporte. Mañana igual desayuno de madres, no sé si me dejará tiempo de ejercitar. Todo así. Trabado. 

Ahora paso por el super y busco a Milo. No bajaré temprano a la Roma pero sí haré un panqué de zanahoria para llevar al taller. Y también tengo que pasar por AA a buscar unos bra. Mañana llegan padres. Estoy contenta. Pasearemos.

Reflexiones: entendí que a pesar de la fuerza de mis convicciones no soy de bajar línea. Creo positivamente en el respeto hacia las posiciones subjetivas como la base de cualquier relación.

La lavadora parece que no anda. No nací para los temas domésticos.

En fin. Parto, lo que sabemos que es morir un poco y después regreso.
Así las cosich!

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