martes, 4 de octubre de 2011

todo tiene un límite

Chicos, tengo poco tiempo. Madre está tirada acá al lado platicando. Pero no puedo dejar pasar que en el desayuno de la generación de Tita hay DOS room fathers (vocales) que hicieron una presentación con un dvd conectada a una tele. Dije en voz alta con mi ubicación habitual: "¿no tienen nada mejor que hacer?".

Bueh, después busqué a padres en el Nikko (solo por esta vez), pasamos por Antara y tomamos café en Starbucks con marido, buscamos a Milo del otro lado, vinimos a casa, llegaron los chicos, comimos, tarea, llevar a tenis, compras en Costco, pasar a buscar a Tita, ir a Magnocentro a que les compraran unos regalos, pasar por el super y ahora me toca bañar kids, bañarme e irme a la fiesta de nominación de los Grammy.

Ya. Tengo que irme.
Ah, a las 6.35am sonó el despertador y tuve que ocuparme de Coco, claro. Creo que es el año en el que peor dormí de mi vida. ¿Será cierto?

Así de agotadas las cosas. (Man, laburar al lado de ocuparte al 100 de tus hijos es un chiste, sépanlo)

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