martes, 21 de julio de 2009

hay gente con tan buena predisposición que me asusta

Por ejemplo, la madre del amiguito de Simón que vino a buscarlo y en lugar de tomarse yb café y después llevárselo a su casa portó a su hijo, al mío y a Roberta y se los llevó a Padro Norte a tomar un helado (tenía que comprar nieves, en realidad son nieves para ser más exactos, para una cena que tiene mañana). Una genia con un nivel de buena voluntad al que no puedo aspirar jamás.

Yo, a ver si me entendés, medio que nací para ser Su Gimenez y algo, algo grosso, falló en el camino. Me pasé el día en la compu. Sí, laburé un rato (me lleva más leer en inglés, claro), chatié (Flora me hizo cagar de risa, me olvido lo bien que nos entendemos después de meses de no tener noticias; Lau me hizo un update, hacía mucho también que no sabía nada de ella), reservé pasajes para diciembre (carísimos, no tengo nada de ganas de ir, hice un intento de adelantarlo a septiembre- diego va a estar ahí, hay un puente larguísimo para pasármelo sola, los chicos faltan una semana a la escuela y ya pero no prosperó) y no mucho más. Sí, me duele la cabeza. Pensé que desde que vivo acá hablo demasiado sobre hijos y cosas semejantes, en Buenos Aires no lo hacía nunca (aunque tuviera con quien). La tendencia de las madres a hablar de sus hijos es escabrosa: a nadie le importan los hijos ajenos, por qué no lo aprenden de una vez. Por lo tanto, yo también hablar de hijos y embarazos, con entusiasmo ahora auténtico hasta el hartazgo. Prefiero otros temas, creeme. Entonces, cuando voy a un evento nocturno DEFINITIVAMENTE NO QUIERO tocar temas así, aunque tenga a mi hijo en el cuarto de al lado (es tan santo que nunca llora, duerme seis horas seguidas y te olvidás de que está ahí).

En fin. Todo este post gracias a la buena onda de la madre de David que se llevó a mis hijos mayores (ella también tiene tres pero David es el menor y los mayores están en un campamento por dos semanas: se ve que extraña. Yo no).

Así de silenciosas las cosas (excepto que Jose se quedó con Milo mirando El ratón Perez).

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