chau chicos, los veo a la vuelta

O quien sabe, tal vez mañana temprano tengo algo que decir. El primer grupo sale a las cinco de casa. El avión sale a las ocho de la mañana y van a llegar al toque. Nuestro vuelo sale a las once cuarenta y cinco por lo cual pedí el taxi a las ocho y cuarto. Me despertaré para despedir a Tita, está muy compungida porque no viaja conmigo pero supongo que le pasaría lo mismo si no fuera con el padre. Es celosa por naturaleza. Flor encontró el rebozo así que lo pasé a buscar, buenísimo. También fui al banco y liquidé el tema taxis. Me falta libro (puede que falle) y darme un baño, los tres pequeños ya pasaron por el agua, Milo duerme tranquilo en su cuna, Tita ya está vestida para el viaje (para evitar el drama del madrugón) y Coco tiene su mochila lista con el primer tomo de Harry Potter que lee a cuentagotas y unos cachos de lego con los que se entretiene (no llevamos ningún juguete, la idea es viajar livianos; en la mochila de Diego un libro para pintar y los plumones de Tita). Me falta que elija cada uno un dulce (es una vieja costumbre familiar, nadie puede subirse a un avión sin algo dulce) y creo que es casi todo. Claro que casi porque Diego llegó media hora tarde a su cita con el médico (era a las ocho) y no sé a qué hora llegará acá, quemado y nervioso como está últimamente. Parece que milagrosamente no lleva la compu. De verdad parece imposible que algo así suceda pero hasta ahora esa es la intención. Nos falta reservar el auto pero lo hacemos al toque por internet. Imprimí un par de indicaciones vía Map Quest (cómo llegar a la casa del primo Lalo, cómo llegar al Getty, cómo llegar a Disney y cómo llegar a Universal). El bebé está más divino, pachorro y simpático que nunca. Se ríe por todo y te lo querés comer a besos. Llevaremos su rana/objeto transicional porque ya se está encariñando (qué curioso, el de Coco también era una rana: Ramona. El de Tita una coneja sin nombre que perdimos en no sé dónde y esta tampoco tiene nombre propio pero es muy suavecita) y ningún otro entretenimiento (es una de las grandes ventajas de que no tenga ni tres meses).

En fin. No creo que vaya a escribir entre tanto. O tal sí, nunca se sabe.

Buena semana.
Así de vacacionales las cosas.