jueves, 9 de julio de 2009

a veces soy TAN zen que no parezco yo

Estoy feliz de que sean vacaciones. Antes me quería matar, lo metía a Simón en curso de verano, todo me parecía una hueva y quería que empezaran las clases lo antes posible. Hoy te digo que todo lo contrario. Claro que estamos recién en el jueves de la primer semana y quedan muchas por delante pero el tema horarios y correr de acá para allá, la tarea y esas cosas, me tenían mega podrida. Hoy fuimos a un cumpleaños de amiguito de Coco. La pasé super bien, hablé poco, estuve con Milo, me adapté y en un momento me sentí completamente plena y muy contenta de poder compartir esos momentos con mis hijos. Ya sé: apesto. A veces puedo ser una madre de suburbio promedio que doy asco pero sabés qué, no me importa. Mejor. Eso sí: estamos en el medio de muchos kilombos, marido mal, pasándola pésimo, sobrepasado, nervioso y triste. Me da pena que la pase mal. Pero supongo que son las hormonas y no me enrosco. O la edad. Quién sabe.

Por lo demás, madre que me dice lo divino y educado y me felicita por Simi. Orgullo. Por el otro, mañana ya otro amigo lo invitó a la casa. Bien ahí. Y así, entre una cosa y otra, se van pasando los días. El trabajo, bien gracias. No, sí, trabajo. Esa manía de los argentinos de empezar las oraciones con NO, qué raro, ¿no? Ya bañé al bebé, los chicos están en el parque con Jose y yo ahora veo qué hago. Me duele mucho la cabeza hace días. Feo.

En fin.

Así las cosas.

No hay comentarios.: