miércoles, 22 de julio de 2009

los últimos días

Diego está pasado de rosca MAL. Pobre, difícil todo. La vida laboral es espantosamente complicada y más si sos cuentapropista. En fin, de todas maneras, el viernes a la mañana sale el avión y de a poco nuestras vacaciones van tomando forma (ahora también tenemos una invitación a asadete, bien ahí), Simón está muy emocionado (sic) y Roberta a pesar de su resfrío y su estar tan peleadora, creemos que también está contenta. El bebé, bueno, dije grjs o algo así mientras mueve manos y pies. Hace un rato, fuimos con el Coco caminando al shopping (con Camilo también, obviamente) y me compré, a pesar de la celulitis y los kilos de más, un short y unas calzas (todo por 198 pesos mexicanos). Ahora los chicos miran una de Harry Potter que no estoy segura de haber visto yo. Todavía me tengo que bañar y a la tarde vamos a merendar a lo de Pau. Los mayores no paran de pelarse, insoportables.

La noticia: tenemos pasajes para Buenos Aires. Del 17 de diciembre al 4 de enero estaremos por allí. Por primera vez yo no quería ir y Diego sí. Las cosas cambian. Me da un poco de fiaca. Mucha fiaca el precio de los pasajes también, claro. Una locura. El año que viene vamos o para semana santa o para las vacaciones de invierno de allá (verano acá). En diciembre quisiera playa. Descanso. Buenos Aires es cada vez más estresante.

En fin. A la tarde merendamos en lo de Pau.

Así de vacacionales las cosas.

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