miércoles, 15 de julio de 2009

las ideas se me agolpan y después...puff, todo desaparece en el aire

Estoy agotada. Desde las cinco que el baby no duerme, me levanté con Diego, desayuné, me eché un ratito, me vestí, me fui con Tita al super, volví, me volví a ir con Tita al club, volví, Milo lloraba, Tita se fue a lo de Lisa, me fui a caminar con Milo y llegamos a lo de Flor, me tomé una coca, platicamos, volví y me bañé. Son las 2.26 y estoy fundida. El ejercicio: poco. 35 minutos de aeróbico liviano y la caminata. Igual, con el poco sueño, todo pega peor.

Quería decir hace mucho que me cae pésimo la gente que va a una casa y no ayuda. Sabelo, es de lo peor. ¿Quién te creés? ¿Por qué yo sí y vos no? Hay gente que cree que nació para ser servida, a esa gente no hay que invitarla, directamente. Mi papá tiene esa actitud y sólo cuando hay más gente, siempre ayuda a mi mamá. Me molesta de la misma manera en hombres y en mujeres. Mi pobre marido ayuda siempre y suele ser el único. Me genera más bronca aún.

En fin. Un excursus.

Por lo demás, intento estar un rato a solas con cada uno de mis hijos. Difícil con tantos y uno tan bebito. Roberta anda muy problemática, se pelea con todas sus amigas y eso me preocupa. Se enoja con cualquier cosa, pone una cara ridícula y sale corriendo. Pobre. Simón más tranquilo. El bebé mal de la panza. Mañana voy a ver a una homeópata y el lunes a conocer a otro pediatra. Un largo peregrinar tantos hijos. Igual, por primera vez en mi vida, lo disfruto de verdad.

Me voy a comer. Después los llevo al cine (van a ir con Jose, a ella le copa y yo me quedo con Milo) y los voy a buscar al rato.

Así de agotadas las cosas.

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