De que somos unos locos de mierda, nadie duda a esta altura de la soireé pero nunca conté que irnos de vacaciones para los AB es un verdadero issue. No nos gusta. Esa es la verdad. No, nos angustia. Todo lo que nos saque de lo conocido nos genera una incomodidad. ¿Para qué, si así estamos bien? Pero claro, igual nos entusiasmamos, e intentamos ser distintos y planeamos viajes y sí, va a estar todo bien, nos autoconvencemos. Pero a una semana de irnos y con la guía en mano, haciendo listas para que no nos queden tiempos muertos y pensando en lo difícil que va a ser con los tres cachorros, no puedo más que tener insomnio. De paso pregunto, ¿qué libro gordo y llevadero debería comprar para llevarme? No relatos, novela o biografía. En fin, cuestión que viendo la BBC hasta las tres de la mañana. El bebé durmió perfecto de nueve y media a tres y después hasta las siete. Ahora, claro, estoy destruida. Tres horas y media de sueño una madre de 31 años no es capaz de aguantarlo. Agotada MAL. Además, me torturé pensando cómo vamos a ir hasta el aeropuerto de Toluca con el huevo y su base, la carreola, las valijas y todos los habitantes. Y la ropa, también, a mí no me entra nada por lo tanto ¿qué llevo? Debería buscarme otro par de calzas, por ejemplo. Qué bajón. Engordé un kilo. Esta semana fue mala. Reflujo, acidez, vómitos. Y encina, un kilo más. Todo por un día que no hice más que comer: el miércoles.
En fin.
Una graciosa: tal vez podemos ir a visitar al primo Lalo a su casa de ¿Beverly?, esa, la que era de Groucho Marx. Si es así, el primo Lalo la rockea pero no sé, las tres veces que lo vi me tiró cero onda, el kinder le caía mejor. Claro, el kinder, increíblemente también hace música para películas.
Así de glamourosas y enrosqueti las cosas.
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