viernes, 11 de diciembre de 2009

noche de locos

Me fui temprano a la fiesta en la productora. No llegaba nadie, riesgo de vacío que no fue, finalmente se llenó y hubo buena música y comida y supongo que bebida, yo sólo tomé Coca. Debería haber tomado algo pero no lo hice, el tema teta, vuelta, etcétera. Platiqué con los pocos conocidos que tenía (ya sabemos, soy muy fóbica y hablar de cosas de fiesta no me sale, menos si no tomo alcohol). Bailé un rato (nací para eso) y a las doce y cacho me fui con Wallach que me dio un aventón. Marido se quedó como anfitrión que era. Me metí en la cama pero no lograba quedarme dormida. Antes de las dos, Milo se despertó y nunca más se durmió. No sé qué le dolía. Llamé a marido y le dije que si había tomado mucho, que llamara un taxi. A las cuatro de la mañana llegó ahogado en tequila. Con el auto. Lo odié. Yo estaba en la cama con Milo completamente despierto, ya le había dado Tempra, le había puesto su pomadita en las encías, lo había enchufado 15 veces a la teta y el pibe estaba más despierto que nadie. Cuando se metió en la cama, empecé a darle patadas a Diego diciéndole que se fuera a otro cuarto. No me engorgullezco pero la angustia de pensar que se puede pegar un palo mal, me hace detestarlo. Apoyó la cabeza y se quedó dormido. Yo llevé al bebé a su cuna y me levanté cuatro veces más porque lloraba. Me habré dormido cerca de las cinco y me desperté a las seis cuarenta para despachar a Simón. A las siete y cinco volví a la cama y recién hace un rato (a eso de las once menos diez) me levanté. Me duele todo el cuerpo, me tomé un buen café con leche y dos tostadas con jamón y queso y sigo queriendo volver a dormirme eternamente.

Pero no. Ahora a bañarse, y dentro de no mucho buscar a los chicos y llevarlos a la posada navideña de salón de Simi. Tarde de niños y madres y yo destroy. Te la regalo.

En fin.
Así las cosas.
Cagada a palos.

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