martes, 8 de diciembre de 2009

todo atrasado

Me levanté semi tarde (serían las ocho y cacho) no sentí ni cuando se fue Diego, ni cuando se fue Tita. Dormí muy mal, el bebé y sus múltiples despertadas me tienen loca. Malísimo. Además, no podía conciliar el sueño después de dos horas de siesta. Fuimos a comer rico, mariscos, a la Condesa. Cena de trabajo pero diver. Un poco de aire. Nos acostamos después de la doce. Me levanté, pelotudié un rato, no desayuné nada porque ayer comí demasiado durante todo el día (lo bueno de mi cuerpo es que se autoregula, hoy, siendo las doce y cuarto del mediodía, sigo sin hambre) y partí para el gym. Aparatos. Puro y duro. Al día siguiente me duele todo. Tengo el cuerpo a la miseria. Kilos y consistencia. También malísimo. Pero ahí le doy. Me bañé después de un rico rato de sauna y partí para Costco. Papel higiénico, trufas de choco amargo, un libro y lechitas. Un regalo que encontré en Móbica y de vuelta al hogar. Tengo que trabajar, estoy atrasada. Tengo mucha fiaca. A la tarde voy a lo de Ile y vamos juntas a hacer los cristales de mis anteojos nuevos. Urge que llame a la depiladora para que venga la semana que viene, antes de partir. Amo llegar depilada. Me faltan los regalos de todos los niños. Plomo.

Y no mucho más. Quisiera tirarte una reflexión, una historia, un algo pero tengo la capocha en cualquiera.

Así las cosas.
Liquidando.

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