jueves, 6 de octubre de 2011

esa posibilidad que es irse a la mierda

Como en la Historia, en las historias al esplendor le sigue la oscuridad. Es pendular. Las fuerzas negras se ciernen sobre nuestras subjetividades subrepticias y silenciosas pero inexorables.

En los hechos, la semana pasada me la pasé pensando bien de mí, en cómo relajé después de tantos años de contractura emocional. El día que me enteré de que estaba embarazada de Simón, y esto dice sobre mi persona, empezaron dos preocupaciones. La primera: a qué colegio lo íbamos a mandar. La segunda: cuándo tenía que embarazarme para que no se llevaran más de tres años (supongo que porque a mi hermano le llevo 3 años y 4 días, supuse que uno no podía llevarse ninguna otra diferencia, sí menor pero no mayor, en realidad; se llevan 3 años y 1 mes). La elección de colegio es, por sobre todas las cosas, ideológica. Y eso me persigue desde los 23. Una vez que descarté la escuela pública (en la que me eduqué al 100%) mi mejor opción era el Pestalozzi. Igual es un tema aburrido y no me voy a explayar. Sigo pensando que alguno de los dos colegios colegios públicos universitarios son la mejor opción para la secundaria pero, claro, sigo viviendo a unos cuantos miles de kilómetros de ambos.

Una vez que me mudé acá también sufrí por el colegio, pensaba que debería haberlos mandado al Liceo después de que entraron al que van, me angustiaba pensando que están 1 año y medio atrasados con respecto a Argentina, sufría porque el nivel no me parecía el adecuado, etcétera. Con mucho esfuerzo logré relativizar todo, entender que nada es tan importante, que en esta escuela los tratan bien, los cuidan y los contienen y que ellos van contentos. Que yo no hablo francés. Que el inglés es más importante. Que si pierden un año tampoco pasa nada. Bueno, en esas andaba mi mente super exigente cuando todo se cayó. La incomodidad hizo su reentré con bríos renovados. Y aquí estoy, intentando escaparle a los malos pensamientos, esquivándolos como puedo, con el éxito siempre escaso que me caracteriza.

También intento bajar las pretensiones sobre mis hijos. Entenderlos más, estar más cerca, más disponible y paciente y con eso me va levemente mejor. Soy presa de mis defectos más que nunca.

Por lo demás: no cojo, no escribo, no leo, no bebo, no nada.

Vivo. Y/o sobrevivo.

A los ponchazos.

Y más que nunca pienso a la familia como un sistema cerrado que se altera cuando uno de los componentes se desajusta.

En fin.
La seguimos luchando. Como todos.
Ah sí, padres. Discutiendo un poco siempre y siempre el trasfondo es ideológico también. Como con todo.

Así las cosas.

3 comentarios:

estudiante crónica dijo...

si la preocupacion es solo por el colegio: no es tan importante. estar preocupado por el colegio es muy de portenho. Pero conozco gente brillante que fue a colegios cualunques del gran buenos aires, y mediocres que se graduaron en el CNBA. si es por el idioma: tengo amigos que fueron a colegios del estado no-universitarios y hablan ingles mejor que ex cras mias de colegio, que fueron a un colegio bilingue desde los 5 a los 18. (ah, y cuando vivi en londres me di cuenta que la obsesion por la pronunciacion es tilinguisima, escuchaba decenas de acentos distintos por dia con pronunciaciones diferentes)
es trillado, pero creo que si van contentos al colegio y tienen amigos, lo demas no importa tanto.

JB dijo...

coincido con vos plenamente. sé que la preocupación solo tiene que ver con la neurosis. yo soy parte de los mediocres del CNBA, por ej. Pero eso, como decía en el post, tiene que ver más con cuestiones ideológicas, con abrir el tupper en el que viven mis hijos y que vean otras realidades (aunque tampoco sea nada muy extenso en los colegios secundarios que dependen de la UBA). el tema no es tanto de la calidad académica sino del contexto socioeconómico que los rodea (el 90% del asunto, ponele).

en fin.

nada muy importante.

estudiante crónica dijo...

Ok, yo por eso sufri un poco (me quejaba de la vida en la burbuja) pero se resolvio en gran parte cuando entre al CBC primero y a trabajar en la television despues (tengo ex cras que hicieron el vombo colegio privado-universidad privada-trabajo en corporacion y AMAN la burbuja, tambien).

tus hijos viven en Mexico y tienen padres argentinos, creo que eso ya los hace percibir una realidad mas diversa que al 95% de los chicos.

(ah, y yo no te calificaria como mediocre)