miércoles, 6 de abril de 2011

ahora sí

No soporto estar enojada ni de malhumor. Prefiero no pensar en todas las cosas -muchas- que me ponen triste y sacudirme el hastío para que salga el sol. No, no me sale tan bien. Ni mucho menos. Pero ponele que lo intento. De todas maneras, marido no me atiende el teléfono así que no puedo decirle que ya me cansé de estar peleada, que no creo que tenga razón (no, para nada) pero que la energía prefiero ponerla en otra cosa (aunque está bastante magra porque hace demasiados días que duermo poco). Al rato viene Xime.

No hice gym porque fue el play (la obra en castizo) de Coco. Era Blancanieves en inglés y su papel era muy breve. No presté demasiada atención, fui en calzas, cansada, y no saludé a nadie excepto las cinco madres con las que o me crucé ostensiblemente o me vinieron a preguntar algo (cinco literal, dos querían invitar a Simón a la casa el viernes, con otra hago la ronda y estuvo de viaje, a otra la encontré en la calle, después de dejar sola el coche a una cuadra y media porque marido e hijo se habían bajado en la esquina y otra que me vino a saludar, creo que porque es más aparato que yo y está todavía menos integrada). A los demás evité mirarlos y listo. Nadie tampoco se muere por interactuar conmigo, eh. Mi popularidad como madre escolar es de escasa a nula. Fuimos en mi coche porque a las dos cuadras de salir de casa nos dimos cuenta de que tenía una rueda baja y/o pinchada. Marido culpó al cordón y por ende (tomando el carácter transitivo) a mí. Bueh. Pelea con alguna sonrisa durante la obra, después coche con marido que quería hacer las paces pero yo estaba guerrera. No es que guste de ser esposa, imaginate, en lo más mínimo, es que son muchos años de acumular y con este abril seco no puedo evitar tan bien el hastío.Todo terminó en marido bajándose al son de: no te aguanto más.

Cosas que pasan.

En fin.

Ayer cenamos con Johanna, amiga de mi coachie loqui, quien me estuvo salvando los últimos días de la locura más acabada a fuerza de carcajadas tiradas al monitor, comos hienas poseídas. Dudo entre que seamos unas genias absolutas e incomprendidas o dos gilas a la n. Pero qué importa. ¿Quién nos quita lo reído? El pastel de zanahorias me quedó crudo (creo que porque no salté la zanahoria antes de mezclar todo) y los fideos no sé porque no comí. Igual no quedó casi nada de ningún alimento. Estuvo bien. Quise irme a dormir cuando se fueron pero Lean no me dejaba, marido les mostraba no sé qué y había mucha inercia.

Ah: necesito garchar. Si uno se reproduce por impulsos narcisistas, podríamos decir que se casa por impulsos sexuales (la garantía del garche le suma mucho a la convivencia). Pero ayer a la noche no me daba, a la 1am solo puedo pensar en lo poco que me queda de sueño.

Por lo demás: nada. Hola miseria, no te extrañaba ni un touch. Igual, en dos semanas estaré en Buenos Aires lo que suponemos que va a ser bueno.

Ahhm receta de pastel de zanohorias de Xime (creo que ya la pasé unas cuantas veces pero ahí va de nuevo).

250 grs de manteca
250 grs de azúcar
250 grs de zanahoria (podés hervirla o rallarla y saltarla sin nada en una sartén: opción que me gusta más)
250 grs de harina de arroz (esto lo hace ultra deli y suave)
4 huevos
2 cucharaditas de Polvo Royal

Se derrite la manteca, se pone todo en la licuadora y voilá. Una pavada. Cocelo a horno moderado, supongo. No te sé decir bien porque ayer me salió como el orto.

Mi humilde homenaje a Patricia Miccio, a quien seguí durante muchos años de mi infancia siendo FANA MAL de Utilísima.

Bueno, chicos. Me fui a la mierda.
Así las cosas.

1 comentario:

calista dijo...

dónde se consigue la harina de arroz, pepa?