lunes, 18 de abril de 2011

pequeñas perlas

Marido y yo solemos hacer cada uno la suya en las fiestas. No recuerdo si fue siempre así o se desarrolló con el tiempo la costumbre de la independencia pero me cabe. Con marido estoy siempre y con el resto (del mundo) casi nunca. En un momento, marido me llama, me acerco a su grupito de pertenencia (una pareja) y me dice, señalando a la chica: "ella vivió acá, en esta casa". Entonces me entero de que la madre era diplomática, de que vivió dos años desde el 92, que dormía en lo que hoy es la oficina de marido, que nació en Holanda, que la madre ya no vive, que vivió 4 años en Bs As pero que no se halló, que de acá se fue a NY, que tiene 29 y que en noviembre se casa. Ella de mí supo,  mucho rato después, que soy Lic en Letras y que tengo 3 hijos. Nada más. Pero bueno, a mí me gusta saber de la gente y no es necesario que la gente sepa de mí. La vida de los hijos de diplomáticos me llaman mucho la atención.

Tengo buena onda con los pibitos de veintipocos. No sé por qué. ¿Seré como una tía?!?!?!

El día fue un chicleeeeeeeeeee. Y no globo porque no hay explosión final. Con toda la suerte, marido bajó peli en cuevana. Esa puede que sea la emoción de este lunes gris y lluvioso.

Así las cosas.

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