no cualquiera

Vuelvo del club y hago un pastel de zanahoria, momento histórico, hace meses que casi no cocino y menos pastelería. En Bs As me mataba haciendo cosas, jamás faltaban galletas por si alguien venía a tomarse un té. Hacía pasteles y marquise y cosas ricas. No sé cómo ni por qué era flaca. Bastante flaca. Ahora soy una anoréxica frustrada. Y no camino nunca. Extraño algunas cosas de Buenos Aires y muchas otras no. La actitud de la gente me supera un poco. Ao vivo, digo. Obvio. Porque después me dicen: pero tenés un blog donde contás todo. Demás está decir que todo no cuento, de que no soy un blog ni un personaje y que la realidad tiene otra dimensión pero eso ni siquiera importa.

Bueno, en el club me crucé con una conocida uruguaya que también vive acá. Y de repente, contándole que marido viaja mucho me salió decirle: la verdad es que no cualquiera se banca esto. No, contestó, somos personas fuertes. A veces me parece que nadie, empezando por marido, se da cuenta. Pero BUEH.

Y cuando caminaba hacia el coche con Tita y Milo (a Coco tengo que ir a buscarlo ahora) pensé que tengo humor masculino. Por eso soy varonera. Aunque amo a las mujeres, claro.

Bueno, estuve todo el puto día en casa ¿qué querés?

Le acabo de escribir a mi marido una línea en el skype que dice: I just write to say I love you. Le llega al tel. Soy un aparato sin control, ya lo sabemos.

En fin, chicos.
Así las cosas.
Horneando.