viernes, 1 de abril de 2011

un largooooo día

Sigo intentando digerir los camarones empanizados y el Extraviado con puré de camote y alguna otra cosita rica, peruana, que me clavé (con un poco de culpa) en Astrid y Gastón. Poco éxito en el intento, no estoy acostumbrada a cenar pesado.

La clase fue lo más aburrido a lo que asistí en mucho tiempo. Eso es grave. Tres horas de trabajo y convivencia con mis hijos perdida, escuchando poco lo que se dice y despatarrándome, indigna, con la cabeza volando por ahí. Intento entender por qué si madre es recta y armada y elegante y femenina, yo no puedo dejar de echarme en cualquier lado, aunque se me vea TODO, como si tuviera quince. Fui sin coche e hice un intento de que me pasara a buscar Mau para llevarme a Polanco pero resulta que está en Veracruz así que solo logré que Lu me pasara dos teléfonos de radio taxi para llamar a la salida. Nada. Unos no tenían y los otros me cortaron. Mientras estoy parada en la puerta veo que sale uno de mis compas (son mayoritaríamente mujeres y un par de pibes) fumando y le pido un ciga. Agradezco torpemente (por lo de hablar por tel mientras) y sigue. Volvemos a coincidir a la cuadra porque decido caminar para ver dónde es mejor tomarme uno de la calle, ataviada con un vestidito veraniego, florido, que me saca unos cuantos años y me deja bastante indefensa. Le pregunto si no va a Polanco y me dice que no, que va hacia Insurgentes, me pasa el número de otros taxis pero me cortan cuando dudo la dirección por la cual me van a pasar a buscar. Caminamos, charlamos, me dice que le gusta el acento argentino, le digo que yo preferiría no tenerlo tan marcado y esa clase de conversaciones. Cuando le digo que tengo 3 hijos no lo cree (es la segunda persona del curso que no me cree, una señora pensó que le estaba haciendo un chiste cuando el prof se acercó con un afiche de una feria del libro infantil: bien ahí). Bueno, cuando le pregunto qué hace me dice que estudia (ya había escuchado eso cuando se presentó) y le pregunto la edad y me tira: VEINTIUNO. De verdad casi casi me tiro abajo del metrobus. 21: leíste bien. Bueh. Me hace compa mientras espero un taxi en Monterrey, desistimos de uno que no tiene cara de buenos amigos y finalmente me dice que me tome un pecero, caminamos hacia Alvaro Obregon y veo un taxi potable y me subo. El baby me saluda efusivo y contento y yo le agradezco todas sus atenciones (le fumé otro cigarrillo en el camino, creo que hice mal, teniendo en cuenta que es ESTUDIANTE). Mientras el tráfico fluía pensé que cuando el pibe nació yo ya sabía sumar fracciones. Me pareció increíble.

Y después, cena.

Quiero decir esto: yo puedo mantener una charla muy en alto, una cena, un almuerzo, una merienda pero eso NO implica que pueda ni quiera hacer stand up comedy. De todas maneras, la comida estuvo muy agradable, hace años de años que no veíamos a Memo y Erica es copada y conocimos a Carlos con quien también salí a fumar y le pregunté de su vida y nos acostamos tarde y solo perdoné el postre y me abstuve de tomar alcohol, lo que habla semi bien de mí.


Carlos me dijo que hay una tinta transparente de tatuaje y estoy muy al borde de hacerme un NO MAMES en la muñeca. Me parece la idea más genial de mi historia. Si tuviera 21 como Humberto y no 33 y medio (casi), no lo dudaría.

Bueh, tengo una parva de mails para contestar, después me voy al club, después no sé si a lo de Ile o me vengo a casa a laburar. A la tarde vienen amiguito de Tita y de Simón. Diossssssssss. Pero es lo que corresponde y en algún momento tengo que ir a comprar un montón de regalos. A la noche llega Lean pero creo que se va directo al Foro así que no sé cuándo lo veré.

Bueno, chicos, me extendí. Ayer fue un día importante, un día en el que -como dice Pau- dejamos de vivir en borrador. No estoy exultante pero ya le pondré pilas.

En finnnnnnnnnnnn.
Así las cosas.

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