La poca ropa de hijos, la mía, unas tarjetas que marido avisó que son carísimas, la campera de Mai, la corbata Hermes que se olvidó padre y las chatitas que tengo que cambiar porque me las puse 2 veces y se rompieron, ya están listas en la valija. Falta la ropa de marido y las cosas de tocador más el bolso para el avión (tengo que pasar por el super para comprar cosas tipo: lechitas, shampoo, pañales, algún tipo de galleta, tequila). Me desperté antes de las 6am, nerviosa, creo. Viajar me altera un poco, sobre todo con tanta gente a cargo y eso que voy con marido (por fortuna) aunque una vez ahí me abandona vilmente. La agenda se va armando de a poco.
La dieta ahí va: lenta. Bajé 1.300kg en una semana. Me parece una miseria pero confío en que la lentitud para bajarlos sea garantía de que no vuelvan en dos días. Soy una optimista, lo sé. Hice gym, sauna que incluyó charla con la compa peruana y ahora espero a Ile y a Xime. Faltan cosas. Leve estrés. Pero ni modo.
Por lo demás, después pienso y les cuento.
Así las cosas.
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