martes, 5 de abril de 2011

not much

Pienso poco porque hago mucho y tengo compañía constante. Busqué a Coco en fútbol y después a los chicos en la oficina, vinimos a casa, seguí laburando un rato, leí cuento y después vi cómo Lean preparaba unos tacos sui generis de pollo (como una tinga deconstruida, digamos) mientras yo esperaba para hacerme mi pita con queisho. Eso sí: lavé los platos. De marido no supe nada en todo el día. Lo extraño mucho. Lo extraño conceptualmente. Me doy cuenta de cuan poco estamos juntos, se va a las 8.15am y llega entre 8 y 9pm. Yo me duermo a las 10.30pm. O sea: nada. Puede que sea la forma de llevarnos bien, no lo descarto.

Por otro lado: este horario es una garompa. Así te lo digo. Mi cuerpo sigue habituado al otro por lo cual a las 6.35am yo siento que son las 5.35 y todo me cuesta mucho. De hecho, me duermo muy profundo a eso de las 7.30 y a las 8.15 me levanto sobresaltada. En fin.

Hice 45 de patinadora, sauna y acá estoy, por hacerme un café y ponerme a hacer lo que debo. Claro, que sean casi las 12 es cualquiera. Man, son casi las 11, mi cuerpo me lo dice. Pero bueh, el cambio en las convenciones genera estas cosas. Igual: no conozco a nadie que le siente el fuckin horario de verano.

Sorry chicos por el embole. Quisiera ponerle un poco de sal al asunto pero estoy más bien sosa. Bien pero sosa. Ao vivo soy mejor.

Ah, hoy viene una amigui de coachie a cenar a casa. A Flory le parezco un exceso de buena onda y a mí todo me parece lógico y normal pero creo que mi criterio en esos casos flaquea (bueh, en muchos otros también).

Así las cosas, guys.
Así las cosas...

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