viernes, 14 de marzo de 2008

amanecer de un día no muy agitado, para qué mentirnos

nos quedamos dormidos. a las ocho menos cinco amanecimos sobresaltados. no pasa nunca. todos los días nos despertamos a las siete, vienen los chicos a la cama, diego se baña y yo hago desayuno y lunch.

igual, como la ciudad ya se vació, llegamos a la misma hora de siempre a la escuela de simón. eso está bueno: la ciudad vacía. me cabe.

también me cabe la playa, eh. no te creas. me gustaría estar en el vayma, tomando unos jugos, comiendo coctel de camaron y de una vez por todas aprendiendo a esquiar en la laguna. pero no.

como ya dijimos, buscaremos programa.

No hay comentarios.: