lunes, 24 de marzo de 2008

todo lo que pasó ante mis ojos en los últimos siete años

desde que estoy con diego he visto de todo (y este es el tiempo verbal que corresponde aunque los porteños no lo usemos). fui testigo de parejas que se conocieron, se fueron a vivir juntos, se separaron. parejas que se casaron, tuvieron hijos, se separaron. parejas que eran novios y se separaron y volvieron. chicas que tuvieron muchos novios y finalmente se quedaron con uno. chicos que también. parejas que están por tener hijos. parejas que no saben si quieren tener hijo. parejas que se están por casar y al final no. parejas que siempre se están por separar. parejas que duran mucho, parejas que duran poco. parejas que no pasan por el registro civil (casi ninguna de mi generación, de hecho, tuve una plática con mis padres al respecto camino a punta del este y no saqué conclusiones. a veces pienso que tal vez es por no querer que el estado regule el amor. o que después de tantos años de convivencia resulta una pantomima. no lo sé. yo me casé. y me volvería a casar. pero para mí el matrimonio nada tiene que ver con la libreta ni con quién legitima la unión). he visto y veo de todo. pienso en la pareja. pienso en lo complicada que es a veces y lo fácil que es otra, cuando todo fluye y nada te molesta. me pregunto cómo hacen las parejas sin hijos para soportarse. en realidad, también pienso que es más fácil. los hijos por un lado amalgaman y por el otro generan mucha lucha y rispidez. me sorprende la gente que idealiza. todos tenemos problemas. quien más quien menos pero todos. el dinero hace a la felicidad? seguro que no. pienso que lo importante es tener un proyecto, al menos uno por vez. una ilusión. la libido dirigida. pienso eso pero estoy en babia. en el aire. como siempre.

y mientas tanto, acá seguimos, juntos. a veces más cerca, otras más lejos. y mientras, también, como una películas veo el derrotero de las parejas a mi alrededor.

qué pena que en la adultez las cosas ya son en serio. la adolescencia es como un boceto, todo un poco en borrador, aunque uno no se dé cuenta. y así te enamorás de quince, uno atrás del otro y te desenamorás y te rompen el corazón y así hasta que te volvés grande y te importan otras cosas. qué pena,verdaderamente.

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