miércoles, 1 de diciembre de 2010

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Hace semanas que tengo ataques de angustia. Me cuesta respirar, quiero salir corriendo. Los enuncio pero es como si a mi alrededor no tuvieran eco. Es raro. Estuve 40minutos esperando en la puerta del colegio de Simón a que llegaran de su partido de fúbol. El bebé lloraba intermitentemente pero con intensidad. Me ahogo. Cuando por fin se subieron los nenes (hoy no me tocaba pero la madre de la ronda tenía algo que hacer y le dije que no había problema, que iba yo) entendí que me siento apabullantemente sola. La sensación de que no le importás a casi nadie la tenemos todos, supongo, pero cuando es tan ostensible, tan extrema, se me hace carne. Soy, por naturaleza y definición, una persona sola y solitaria. Entrar en mi es mucho más difícil de lo que parece, creo, y a la vez es, en realidad, el desinterés lo que lo provoca. Hay algunas personas ahí afuera que se interesan, personas que no necesariamente o no exclusivamente me conocen mucho o hace mucho. Charlo por chat. Guau. Qué delirio. En el acá hay muy poco. En fin.

Marido sigue ocupado. Lo amo y me ama pero no es interlocutor. Lo comprendo.

No sé si en Bs As me sentiría distinto: tal vez no.

Se murió el papá de una de mis amigas. Estoy lejos. La llamo para saludarla, la escucho entera y me tranquiliza, quiere chusmear, hablar de otra cosa, hace chistes como siempre. Está triste pero también aliviada. Fue muy buena, extremedamente buena y entregada con su padre. Pau escribe palabras lindas que casi me hacen llorar. Mis amigas históricas están ahí, reencontrándose y me alegra ir a verlas en breve. La historia, con todo su peso y sus pesares, es uno. Muy uno. Aunque haya cambios. Y saber que hay seres que te conocen de verdad, desde un punto muy lejano, es reconfortante. Eso pensaba también. El hiato entre la auto imagen y lo que sentís que los otros ven no deja de sorprenderme. Siempre. Y con diversas personas. ¿Qué ves cuando me ves? Qué preguntita, eh.

Bueno chicos, me pintó un bajón. A veces pasa. No es queja, es bajón. Es: ganas de llorar. Le di al bebé una mamila y lo senté al lado mío, prendí la tele y mira Baby tv, está cansado, se está relajando. Los otros en lo de Lisa alusivo a Hannuka, con Lisa se va el poco judaísmo que hay en sus vidas. Increíble.

En fin.
Así las cosas.
Vení y apapachame un rato.

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