jueves, 2 de diciembre de 2010

con dolor de cabeza

Cuasi jaqueca. Gritan mis hijos alrededor. Hace un tiempo que trabajo en el sillón. Sé que no da pero perdí el estudio y la mesa del comedor me deprime por algún motivo. Tengo una contractura cervical horrible. Y estos latidos en la sien. Días enrarecidos. Diciembre, ya lo dije. Y la soledad aunque vea gente. La superficie no es mi espacio, me gusta ir un poco más allá, saber. Si no, ya lo dije: me aburro. Pero creo que el mundo no busca eso.

Un mail lindo me arrancó una sonrisa.

Fui al club pero sólo hice sauna y baño. Leí un rato mientras chivaba. Hace una semana que no hago deporte. No tengo fuerza, no tengo energía. No tengo ganas. Sólo quiero...no sé.

Dejé el libro en un momento (leo el de Mariana Dimópulos y El testigo de Villoro) y se me pasó por la mente la posibilidad de un día quedarme ciega de tanto leer en formato papel y formato digital. No hago mucho más.

Después estuve un rato en lo de Ile. Mucha conversación sobre cunas y mellizos y gemelos y yo un poco en otro mundo. Mi problemática está lejos de los comienzos de la maternidad y cerca de muchas otras cosas. Muchas, intensas, horribles y desalentadoras. Por momentos.

Voy a llevar a los chicos al cine. Y mañana vendrán amiguitos. Ocuparse. En enero y febrero son sus cumpleaños. Uf.

Terminar cosas. Anotar porque ya no puedo confiar en mí. Mi memoria dejó de ser prodigiosa y se volvió menos que mediocre.

Le hago reproches a marido, le digo que me deja en banda (ayer a la noche le lloré como hacía años que no lloraba, la angustia se disipó un poco después del torrente con mocos) porque lo llamo, se corta y nunca más tengo noticias de él. A la noche podríamos ir a cenar unos tacos. O pizza. Llega Mariel (la prof de piano de Simón) a instalarse por un tiempo a casa, después de recibirla nos iremos. Lo necesito.

Y no mucho más, chicos. Se me parrrrrrte la cabeza MAL. Horrible. Vení y arrancámela.

Ah y que pienso que debería armar mi agenda porteña pero me da entre fiaca y temor. Si no la armo después me quedo girando en falso y si pretendo armarla temo no tener el éxito esperado. Ya sé: todo cualquiera.

En fin.
Así las cosas!

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