viernes, 17 de diciembre de 2010

y ahora que sólo queda esperar, quiero comer chocolate

Mmm. Obvio. Ahora sí ya hice todo. Bueh, me falta cerrar el candadito de la valija grande. Tuve que repartir porque los de Lan sólo te permiten 23kgs por cada bulto. No sé si la valija grande pesa eso, no tengo balanza pero me la juego porque no tengo opción. La chica, claro, tampoco. Le metí mis patines, seh. Pienso ser patinadora oficial del country en donde padres alquilaron casa. Ah, esa no te la conté. Bueh. Para mí es cope. Pile, sol (que no tomo ni que me pagues), asfalto plano en donde deslizarme y garantía de hijos cansados. Estrés también por el tema bebé y agua (uhhhhh, voy YA a meter los flotis que me estaba olvidando)...no los encontré: pésimo. Ayer me despedí de Lisa y no lo puedo creer. Me senté con ella a charlar, igual que hicimos hace 6 años, en su casa, con los nenes jugando alrededor. Roberta todavía no había nacido y ni hablar de Andrés y Camilo. Somos dos sobre reproducidas. Se va, así nomás, se va como amenazaron durante años (ellos también) y yo me quedo en la plazuela, sintiendo que una parte de mi México se evapora. Ella nunca pudo soportar el suburbio. Yo al principio tampoco, lo sabemos, y ahora no quiero estar en ningún otro lado, todo lo citadina que creí que era fue parte de una farsa. Dame verde, dame paz. En fin. La cuestión es que fue un hasta luego, nuestros hijos crecieron juntos, se vieron mucho, se pelearon y se amaron alternadamente y las dos tuvimos siempre la confianza de llamarnos para pedir lo que fuera. Hubo tráfico de las cosas más inverosímiles por la plazuela en estos años. Ayer abrí su heladera por última vez con la impunidad que me caracteriza y pensé que no me queda en la ciudad ninguna amiga con la que me permita esas cosas (teniendo en cuenta que Pau se va porque con ella hago lo mismo, claro). Bueh, sí, lo hago en todos lados, ya sé. Pero no con esa libertad de abrir todos los tapers y meter los garfios para probar: no es lo mismo.

Entonces, hago tiempo. Cosa que es casi mi estado de naturaleza. Aunque seguramente en el 2011 cambie. Y dejo la compu finalmente, con pesar y dudas. Y hablo con marido que sigue averiadísimo y pienso por qué no se abrigará más porque tenés que entender que muy en el fondo de mí, hay una idishe mame. Ah y fui al club en pijama sólo que: me olvidé. Es decir, fue adrede pero me acordé cuando vi mi reflejo en un vidrio y hablaba por teléfono con Flor y le conté y me crucé con el coordinador deportivo que, obviamente, no se privó de hacerme un comment.

En fin. En Bs As son tres horas más. Tengo que acostumbrarme.
Ahora sí, chicos.
Los veo ahí.
Así las cosas.

1 comentario:

LA RUSI RELOADED dijo...

En mi casa podes meter los garfios a donde quieras, eh? Te tenes que comprar una netbook para los viajes, es re liviana, y además los chicos pueden ver pelis o jugar. Yo no imagino ir a ningún lado sin la compu.
Te voy a extrañar, naboleti!
loviu