no, no estoy indispuesta (entre el amamantamiento y los anticonceptivos ese problema quedó atrás)...no, estoy en uno de esos días en que odio a mi marido...me siento tan abandonada, incomprendida, sola como...como, no sé...la cuestión es que lo odio con toda mi alma, le valgo un pepino en lo que a mi integridad física y psíquica respecta...en fin, la culpa es mía por desvivirme por sus problemas, por ocuparme sola de todo lo familiar...en fin, lo de siempre...solo que la distancia todo lo agrava, el cansancio también y el tráfico ni les cuento...
la verdad, días del orto, para qué mentirse...
mi hija se queja todo el santo día y la pobre no puede descansar, yo sabía que lo que se hereda no se roba...pero tan pronto?
bue, será hasta luego
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