Uff, volver a la vida normal es difícil. Hoy te diría que horrible. Y eso que últimamente pienso que tenemos una vida increíble, que todo es lindo y buena onda y puro optimismo pero la realidad es que estar de vacaciones es todo. O casi. Tengo la tintura puesta y muchas cosas que hacer en la compu. Creí que no me había manchado nada, que esta vez había sido una genia pulcra y finalmente estoy peor que nunca, con manchas café por todos lados. Camilo está enorme y divino, sentado en el bebeseat cerca mío, me dan ganas de comérmelo a besos, es uno de los bebés más buenos que conozco (Simón era así también y presumo que Tita también aunque con tanto kilombo en nuestras vidas, poco me acuerdo de ese momento, pobrecita). Eso sí: parece un super bebé por su tamaño.
En fin, no sé qué quería decir, supongo que qué hueva y pobre marido qué quemado que está porque antes, antes no hace tanto y desde que lo conocí, marido prefería trabajar a estar de vacaciones (cuando trabajaba en Mtv por sobre todo), pero ahora marido prefiere las vacaciones y eso, aunque usted no lo crea, me parece raro. Así de extraño es mi marido.
En fin. Que ya se largó todo de nuevo y ni modo, ahí vamos.
Así de fiacas las cosas.
(me levanté a las once menos veinte, no tengo control!)
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