miércoles, 5 de agosto de 2009

¿desde cuándo...

yo soy adulta?

No, eh, hay un error de concepto. Yo sigo siendo una pendeja y siempre lo seré y actuar como persona grande no es lo mío.

Pero de repente, la realidad se impone, como hace ocho años, como hace uno, como hace cuatro. Se impone y zaz, no te queda opción.

En otro orden de cosas, fui con Tita a lo de Pau mientras Coco estaba en lo de Dante. Volvimos y me fui corriendo con él a ver Harry Potter. Era el último día para aprovechar las entradas gratis. Le compré unos nachos y la pasamos genial. Ahora, claro, tiene miedo. Escucha música clásica para conjurar el espanto. La luz del pasillo prendida (como siempre) y yo con la puerta abierta y disponible (también como siempre). Mi papá venía y se tiraba en la cama conmigo. Yo solía tener mucho miedo de chica. Mañana llevaré a la pequeña a ver G force. A cada uno su espacio mientras pueda.

Por lo demás: Harry Potter y Star Wars son lo mismo. Y yo concluyo burdamente que para ser feliz resigné el lado oscuro. Ser feliz, eso que parecía imposible y escurridizo, esa fantasía infame a la que me uno día a día. Lo prefiero. Lo superficial, lo fácil. Garantía de supervivencia. Sabelo.

Diego en cena de hombres.

En fin.

Así de escapistas las cosas.

1 comentario:

Maggie dijo...

ah, eso de no saber en qué momento uno cruzó la línea roja es así. un día te levantás y te das cuenta que tenés la vida (y las responsabilidades) de un adulto, que ya no podés hacer (tantas) pendejadas, porque no da. qué pena de día ese...

fuiste con los chicos a ver 'Los mundos de Coraline'? es alucinante! y si pueden verla en 3D, ni te cuento, te volvés loca (y es uno de esos momentos en que te das cuenta de que podés seguir disfrutando como una niña, pero después, zas, salís del cine y tenés conversaciones de 30ypico).

beso,