miércoles, 12 de agosto de 2009

así, medio pfff

Hablo con Diego. Cenamos juntos, tranquilos. Tita y Coco se fueron a dormir a lo de Lisa. El bebé, después de un muy mal día, duerme tranquilo. Comentamos tal o cual cosa, si Google no sé qué, si la familia, si medio tiraduchos. Hacemos chistes. Nos reímos. No puedo evitar sentir un veneno que quisiera eliminar de mi vida. Gente que no. Gente que no es clara ni recta. Nadie en particular, una sensación. Bueh, estoy con esos temich. No hablo de los áridos, esos son otros, esos no envenenan, sólo dan hueva. En fin. No me gusta eso porque prefiero vivir liviana, desentendida. Ayer pensaba, manejando, para qué sería buena con mi carácter. Qué debería haber hecho. Igual, ya todo está perdido. Soy MADRE.

Mi querida Wanda: la gente suele pensar lo peor de mí, ya me acostumbré. Áridos y no áridos. Ni modo.

Creo que extraño Buenos Aires. A mis papás, a mis abuelos (sí, estoy bastante pendeja).

Así las cosas.

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