miércoles, 19 de agosto de 2009

sin emoción

Ando así, desalentada. No sé bien qué es. Posiblemente, el comienzo de las clases. Imagino la rutina, el madrugar, el lunch, las actividades extraescolares y me caigo. Está claro que me angustia. Los gastos. Diego que se va. El tiempo. Las ganas de vivir en Buenos Aires que de repente vuelven. No me quiero quedar sola. Me di cuenta mientras estaba en la fila esperando que me devolvieran el iphone que, por suerte, no estaba roto porque te cobran 293 dólares más IVA el arreglo. Cualquiera. Simplemente me lo restauraron y perdí toda la info. Nada muy importante. Algunas fotos que no había podido bajar pero nada más. Milo llora abajo. Voy a ir a ver qué quiere. Tengo que bañarme. Trabajar. Y a la tarde llevar a mis hijos, por última vez, al cine. Disfruté mucho de este tiempo pero ya se está terminando. Agobio.

En fin.
Así de grises las cosas.

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