jueves, 6 de agosto de 2009

nada de nada en el frente

Los chicos me rondan. Aburridos. No saben jugar y eso me brota. Les digo que salgan, que tengo que trabajar. El bebé duerme en su cuna. Tengo que trabajar. Las cosas no avanzan a ese nivel, no cambian. Hago esfuerzos infructuosos pero tampoco tengo demasiada energía. Ni siquiera para el deporte. Los problemas de panza me dejaron KO. Y los otros ni te cuento. Cansancio. Pero todo bien. El martes cumpleaños de Diego. No sé qué regalarle (venimos de un viaje, man), no me dice si quiere festejar o no, a dónde quiere ir a cenar. Nada. Difícil a veces mi marido. Ayer llegó tarde de la cena y lo extrañé. No tenía ganas de estar sola. Mucho sola. Me duermo tarde. Tardo. En fin. Me acabo de enterar que el fin de semana Diego trabaja. Estoy harta de estar sola. Después se va a Buenos Aires quince días. Todo me parece tan injusto.

Así de desalentadas las cosas.

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