martes, 21 de abril de 2009

mi marido es un impresentable

Trabajé todo el día como una loca. Terminé uno más y así no pienso. Quiero parir pero no pasa nada. Busqué a los chicos, fui sola. Pero no salí a caminar, finalmente, el resfrío me tuvo tirada unas cuantas horas. Tormenta. Llevé a los chicos al club, tomé un corto café con Pau y se acaba de ir Carmen. Diego se fue a las ocho de la mañana y nunca más me llamó. Son las siete de la tarde. Inverosímil. Lo sé. Se merece realmente que me vaya a parir sin él. Sólo me da pena el bebé, no tiene la culpa de tener un padre desastre.

Los chicos se están bañando. Simón tiene un problema grave de ansiedad, no soporta estar solo. No sabe jugar, ni hacer nada sin compañía. Me saca de quicio y no sé cómo ayudarlo, es malo para él (y para mis nervios).

Me salta el electro con bastante frecuencia. Voy a alimentarlos.

Así las cosas. Todavía embarazada.

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