tenía once y había estado todo el día en el club, a última hora me doblé un dedo jugando al voley y recurrimos a la guardia del fernandez de la cual éramos habitués...después de que me pusieran una félula bien aparatosa por un esguince (ezguinse o como se escriba) con la cual yo me sentía cancherísima, fuimos a tomar un high tea (así se le llamaban en mi familia a los que en otra se denominan te-cena) a lo de los abuelos y ahí mismo me dieron mi regalo del día del niño: mi primer reloj analógico
félula y reloj, combinación explosiva...esa semana tuve un baile y me sentí lo más de lo más.
así da gusto
1 comentario:
no tenias aparatos en la boca ademas? Que cosa puede hacer a un ninio mas canchero?
Un beso.
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