lunes, 8 de noviembre de 2010

guerrillera

me levanté con un yunque en el medio del pecho. no importa que marido me abrace y me coja y me use durante toda la noche como su objeto transicional. nos reímos, soy su pato pato. dormimos muy vestidos, con pantalón, doble par de medias, buzo viejo y el calentador que rescató de no sé donde. el invierno es muy tortuoso y me hace pensar en la gente que lo padece de verdad, en los que no son tan afortunados. pero la angus sigue ahí, encalvada, sin ganas de irse y lo que a mí se me fueron son las ganas de todo, de sentir. quisiera que alcance, lo que hay es mucho y es bueno pero necesitaría llorar y sacarme esto que me hace ruido y me desanima y es real.

¿será que los findex malos me dejan así? se me terminó de caer el aura. si la ves, ¿no me la mandás? yo pago el correo.

comer en lugares caros, malos y pretensiosos me indigna. hay cosas que me enojan mucho, que me parecen de una falta de clase inenarrable. me torra, me enoja y me dan ganas de romper todo. dejé programa cultural para hijos en mente por comida y me dio mal humor a la n. sin pilotear.

y no soy siempre la alegría de la mesa: ves. cuando no estoy expansiva y simpática y no te remo la conversación, todo se cae.

hace frío. y hay sol. y me voy a ir al club y a la dentista y tengo que trabajar pero nada tiene sentido.

mi cumpleaños me pega como el orto: sabelo. es el viernes. cumplo 33 y me deprimí.

gusto de ser obvia.

en fin, chicos.
si encuentran algún consuelo a tanta desazón, me avisan.
así las cosas.

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