jueves, 18 de noviembre de 2010

querido hijo de un año y medio

Tocar y sacar todo de su lugar sé que es lo que te corresponde pero es cualquiera. Ahora te veo jugar con mi ipod, lo sacaste de su lindísimo estuche y apretás los botones con fruición. También trajiste la tintura de abajo y sacaste el monedero en el que guardo la llave del locker. Ah, ahora pensás que el ipod es un teléfono, las comunicaciones te vuelven loco, lo sé, al menor ruidito de skype empezás a gritar holas desesperados y corrés para ver quién está del otro lado. Cuando te cuente que para nosotros eso es de Volver al futuro no vas a poder creerlo, no hijo, no existía cuando yo nací, gracias si tenías teléfono de líneas y los celulares aparecieron en mi adolescencia. La internet era una locura impensable, la tía Marce nos habló de correos electrónicos y no entendimos nada a mediados de los 90. En el colegio tuve un año de computación y los monitores eran negros y verdes o negros y naranjas y para arrancar tenías que escribir DOS. Sí, el mundo se volvió otro, claro pero bueno, tampoco imaginé jamás que iba a tener tres hijos y acá me ves, en un suburbio mexiquense, criándolos. La vida, hijo, por lo general no tiene mucho que ver con lo que uno piensa que va a ser.

Estoy de buenas. Tengo días lindos, soleados, con cierta alegría porque sí. Me cuesta dormir, no encuentro los lugares agradables para llevar a mi cerebro y eso empeora todo. Estoy deserotizada aunque garchemos mucho. Es mental.

¿Cómo hago para que marido entienda que detesto la tele? No es de snobismo ni de pretensión es que simplemente, no me interesa. Miré MUCHA tele durante mi infancia y mi adolescencia, me castigué con cuanta basura había disponible y un día no pude ver más. De verdad. Creo que fue alrededor de los 20 años. Después tuve épocas, momentos en los que necesitaba desenchufar y embotarme frente a la pantalla pero son rachas cortas y no se dan hace mucho. Para eso tengo wi fi y laptop. Me mato con mi pantallita con el contenido que se me cante. Pero marido mira el programa de Jamie Olivier mientras yo leo con el ruido ambiente. Marido: me cuesta mucho conectar y los sabés, sí, me evado en la literatura o en la red, por más que insistas no puedo compartir la tele con vos, es una pena. Intentamos terminar de ver una peli en cuevana pero no hubo caso, no avanzó. La dejamos porque se trabó casi al final, una comedia romántica inglesa con temática lésbica.

Bueno, guys. Hoy llega mi cuñadita, al rato. Tengo que ir a comprar algún tipo de manta o cubre cama para el cuarto de huéspedes. En esta casa somos como miles. Marido está con alto buenhumor en general, sorprende.

En fin.
Así las cosas.
AHHHHHHH, y LEAN Derrapada!!!!!! Vamos, chicos, cópense!

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