martes, 23 de noviembre de 2010

me no entender

Me desperté pésimo, llorando, queriendo que marido me abrace y que el mundo desaparezca. O desaparecer yo. Y me chupa un huevo la utilización de la palabra.
La paso mal de repente por lo de siempre. Qué hueva, man. Next. Ok.

Pero no.

Y aunque el mundo me chupa un reverendo huevo, miro desde afuera y me pregunto ¿qué onda? ¿qué pasó? Raro. Todo se dio vuelta en los últimos tiempos y la gente se comporta de una manera espantosa. Tal vez sea yo la errada, me pasa muchas veces.

La mezquindad en todos los ámbitos me deprime y desalienta. Me hace pensar que los humanos estamos perdidos. Igual, a veces pienso que es Buenos Aires que en la última década generó sentimientos espantosos en todos los niveles. La degradación que llega hasta lo más bajo. Puff.

Por lo demás, ayer estuvimos con Flory, hicimos sauna, se quedó en casa mientras yo iba a la psico y buscaba al Coco y después de tomarnos unos chocolates y de pasear la llevé a la oficina en un gesto de amor inusitado. Yo no suelo hacer esas cosas. El tráfico fue la muerte y a la vuelta fue que se me cayó el menhir en el pecho y zaz, se quedó para siempre. Ahora se me pasó un poco. Pero es pendular. El menhir pendular, me copa. Copate conmigo. Dejen todos de ser pretenciosos: aburren.

Mucho.

Después de cenar se cayó uno de los estantecitos de la puerta del refri. Se rompió el frasco con corazones de alcachofas (alcahuciles), un aceite picoso, una cerveza y una salsa verde. Todo al piso. Grasa. Y más grasa. Y muchos vidrios. Marido, cuñadit y yo tardamos bastante en que quedara digno. Un gancho. Después acá, busco en la red la respuesta a mis interrogantes. ¿Podré? ¿Cómo hago? Cada día todo me cuesta más. Feo.

Y ahí seguimos. No leí nada. Pero ya me pongo.

Ah, queridos sujetos que no contestan los mails: es de mal gusto, miserable y agotador. Sólo sépanlo. Y el que pueda hacer que los astros vuelvan a acomodarse, le re agradezco. Posta.

Bueno, chicos.

Besos!
Así las cosas.

2 comentarios:

inés dijo...

oh, hace poco compendi que esta mal no contestar un mail, no era que lo hiciera de mala, era que muchas veces no sabia qué responder, hasta que un día martin me dijo, no hagas eso, repondelo, y entonces pense bueno no es demasiado solo tengo que decir gracias, o nos vemos pronto, qué sé yo, es tan difícil lidiar con esas cosas que parecen boludecespero cambian demasiado el panorama! besos!

JB dijo...

qué raro, a mí es lo único que me sale fácil en la vida: contestar los mails!
más besos!