lunes, 7 de abril de 2008

contrariamente a lo que la gente piensa

soy una persona muy discreta. de hecho, los secretos, en el mismo momento en el que alguien me los cuenta, me los olvido. supongo que para erradicar la tentación. a como sea, no cuento lo que otras personas me cuentan, considero que, además, no hay peor lugar que el del mensajero.

pero no siempre fue así.

cuando yo recién había cumplido 8 (puede ser que 7 también) a mi hermano le compraron para su cumpleaños (que es cuatro días después del mío) el castillo de greiskoll, el de he man y no pude resistir y le conté, estaba escondido en el placard del pasillo de la casa de canning 3020. pobre mi hermanito, le arruiné la sorpresa. creo que cuando me dí cuenta, me sentí muy mal. tal vez fue en ese momento que mi vida dio un giro para siempre.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

será por eso que no te gustan las sorpresas??

JB dijo...

puede ser...sos el pipu?