martes, 22 de abril de 2008

a los tumbos

esa es la sensación que tengo en estos días: que hace tres años que vivimos sobresaltados, que no podemos en ningún momento relajarnos, que no tenemos respiro. a los 30, no puedo evitar un sentimiento basal de no futuro. me preocupa.

en lo cotidiano, una mañana productiva. hago tan poca actividad que me despierto sola muy temprano. a las siete nos levantamos, vestí a los chicos, preparé el lunch, el desayuno, subí, me depilé, me cambié, armé la mochila, me fui al club, hice una hora de gym, nos metimos con pau en el sauna, nos bañamos, nos cambiamos, nos fuimos a desayunar a lo de la otra paula por el cumpleaños, me fui a la oficina, recogí a tita, buscamos a simi, estudié para mi examen de mañana (veo pocas probabilidades de aprobar, asimilo tirando a nulo). ahora llevo a simi a natación y después estudiar un poco más.

si pudiera sentirme segura, tener un poco de paz.

intuyo el límite de no aguantar más. juro que si existiera la renuncia, sería la primera. lo repito. mientras, acá sigo, como dijo walter, con agotamiento existencial.

bueno, eso. un plomo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

siempre se puede renunciar, el que dice lo contrario miente.