miércoles, 9 de abril de 2008

desistiendo

dejé Historia del llanto, a los 30 años me considero con derecho a hacerlo (digo 30 años y no me reconozco, no soy yo alguien tan grande). cuando era chica no me lo permitía, los libros se terminaban y listo. Fiesta de Hemingway fue una tortura a los 14. no sé cuál otro pero hubo miles, recién terminado el secundario me animé a desistir. desistir. después me volví adicta a la renuncia. hoy me sentí mal todo el día pero pensé mucho. los hombres realmente prefieren los cuerpos abundantes? y yo, de qué lado estoy? soy capaz de diferenciarme de mis padres en la educación de mis hijos? creo que no. soy capaz de volver a vivir a bs as, enfrentar lo que eso implicaría? no lo sé. soy capaz de escribir? no. hace bien el chocolate amargo? no lo sé, pero recién recaí. tengo una lista gigante de libros de autores argentinos contemporáneos que tengo ganas de leer pero tendré que esperar. por ahora, poco entusiasmo por sontag. me duele la gargante, será por una muela? debería irme a dormir. gas dice que hago la dieta de la quesadilla, no es una dieta, es, simplemente una costumbre que no puedo erradicar. ceno quesadillas casi todos los días. ellos comieron atún con sésamo, salsa de mango y una suerte de torre de papa, suponete.

caigo por una barranca y me hundo en el fango. ya lo dijimos, la voluntad o su ostensible ausencia.

1 comentario:

marina k dijo...

yo también lo dejé. no me gustó naa, no sé, pura paja ese libro, no? y eso que era corto, qué le costaba armar un argumento?