lunes, 21 de abril de 2008

frente al espejo

pongo todas las caras que mis músculos faciales me permiten, me miro el culo, me miro de frente y de costado, me peino y me despeino (siempre esto lo hago al final), hago poses cachondas pretendiendo ser sexy. todo esto hago aún, teniendo 30 años y dos hijos. y después, salgo en jeans y converse (uno de los pares tienen 12 años) y no das dos mangos y excepto honrosas excepciones, nadie se da vuelta a mirarme.

igual, espero hacerlo de por vida, no? supongo que es un signo de vitalidad a pesar de mi esencia cansada.

No hay comentarios.: