martes, 25 de noviembre de 2008

ese momento en el que todo parece posible

me encanta que sean las ocho de la mañana y la casa está (casi) en silencio (jose puso algo en el microondas y tardó como 10 peeps en sacarlo). diego y los chicos se fueron y la casa, después de sendas discusiones con hija por motivos varios, está en paz. es el único momento del día en el que no pienso nada más que cosas buenas, a esta hora es imposible angustiarse si estás en pijama y sueter en tu casa y ya despachaste a la prole con las notas correspondientes para la maestras, la tarea hecha, el lunch listo, el abrigo correspondiente y la panza llena.

en un rato vienen amigas y nos vamos a IDEA- parece que suerte de IKEA del subdesarrollo- buscaré regalos de navidad para llevar a buenos aires y veré si encuentro las placas para el horno que ando necesitando. me divierte el programa aunque esté gris feo y no haya ninguna esperanza de que salga el sol.

los chicos salen a la tarde y yo tengo el día para mí.

ayer cenamos en el mosaico, no entiendo bien por qué diego insiste, se come mal, la carta es la misma hace cuatro años (o más pero yo antes no lo conocía) y el lugar es agradable pero nada más. salimos tan poco.

nos acostamos tarde y nos levantamos temprano. el médico tenía poco para decirme, como era de esperarse, no da lo que te cobran por la nada misma. no estoy para nada de acuerdo. igual, qué opción me queda?

en esas andamos. tranquilas.

No hay comentarios.: