viernes, 28 de noviembre de 2008

no mucho para decir

me acosté a las siete de la tarde. sí, llegué de lo de lisa, cené con mis hijos, me puse el pijama, me metí en la cama, sintonicé el gourmet.com y a las siete y media estaba durmiendo. está claro que no me siento bien. o que no tengo tanta energía como creo. de hecho, a pesar de las doce horas de sueño no me levanté para nada renovada. ahora terminé una cosa, me voy a bañar y tengo que ir al SAT del orto a firmar una cosa de diego a pleno centro con ganas cero y odio mucho. por qué me metés en estos problemas? eh? ya no trabajamos más juntos y yo ya no me quiero acordar que existen esos trámites, sabelo.

te confieso que no extraño nada el trabajo. la mañana se hace muy llevadera y la tarde se me hace tan pesada como siempre. ahora sí, no padezco los problemas, no me la paso pensando en impuestos y pagos y cheques y fechas y no discuto con mi marido nada más que por cosas domésticas (con eso ya tengo de sobra). pensamos que nunca iría a decirlo pero te lo digo, la verdad es que prefiero hacer otras cosas.

por lo demás, a la tarde vamos de colados a un cumpleaños porque habíamos quedado en comer con una amiga a la que le surgió este compromiso y en lugar de cancelarnos, nos sumó. no pude decir que no. se me parte la cabeza y estoy con energía cero pero le pongo mucho garra. era un gran día para ir con pau al FCE, sigo debiendo los miles de regalos, pero tendremos que esperar hasta la semana que viene. el lunes me pongo las pilas.

en fin. en esas ando.

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