miércoles, 19 de noviembre de 2008

la argentinidad al palo

cuando volvía del super pensaba. qué diferentes somos los argentinos de los mexicanos y la verdad, tengo poco que decir a nuestro favor. hoy cuando compraba la tela una señora se deshizo en elogios sobre la vendedora (que por cierto tardó mil años en atenderla y desocuparse), le dijo tres veces qué amable al señor que le cobraba y sonrió a diestra y siniestra. mientras, yo me limité a poner cara de orto por la tardanza y a decir los gracias de rigor- el malhumor no compite con la educación formal-. está claro que la que la lleva mal soy yo, eh. ejercitar la paciencia y el buen trato es fundamental para sobrevivir en méxico y aunque a mí me cuesta mucho, creo haber mejorado mucho en los últimos años (de todas maneras, me queda un largo camino por recorrer).

igual, hoy nuevamente sentí la certeza de tener que irme, de buscar nuevos horizontes y volver a sentirme yo. porque yo no soy esta, aunque usted no lo crea.

2 comentarios:

uruguaya dijo...

no sé si salís perdiendo vos...de méxico yo me traje lo lindo que es decir "qué amable" a alguien, pero allá sufría mucho por esa cosa de mucha máscara de amabilidad y tremendas puñaladas por la espalda. Yo extrañé MUCHO nuestra frontalidad.

JB dijo...

mmm digamos que la parte del puñal por la espalda no le gusta a nadie pero más que la amabilidad rescato las formas en la calle y el practicar la tolerancia, cosa de la cual carezco innatamente.
saludos!