martes, 2 de junio de 2009

de vez en cuando

La maternidad te hace sentir muy powerfull, no siempre, claro. Venía recién, en el auto, escuchando música, con mis tres hijos y por unos segundos sentí que podía con el mundo. Sí, dura poco, lo dejé a Simón en el club y cuando llegué a casa y los dos más jóvenes dormían, tuve que pedirle auxilio a Jose para bajarlos del auto.

Ahora, en lugar de leer lo que debo, tonteo por la red, tomo Coca Light descafeínada (por el tema de la leche del bebé y esas cosas increíbles a las que me someto tan asiduamente) y me muero del sueño pero no puedo acostarme porque a las cinco tengo que buscar hijo en tenis.

Tengo planes. Lista de viajes posibles. Ganas de estudiar algo que por fin siento que sí, que re da, ganas de caminar por Buenos Aires y ser yo, no sé cómo explicarlo pero ahí, con lo bueno y con lo malo, soy yo. Tan yo.

Marido mejoró humor, proyecto sin plata pero que le gusta provoca entusiasmo. Y yo que intenté convencerlo de que para ser feliz, entrene. Ilusa de mí, buscando que haga actividad física disciplinadamente.

Bueno, más o menos todo.

Sí, loco, mi vida es un embole. Pero es lo que hay.

1 comentario:

China dijo...

hola jb! qué vas a estudiar?