Casi no pude dormir, no salí a caminar, no laburé. Acabo de sentarme en el escritorio, muerta de cansancio y cero ganas de nada. Tengo que pedir el remedio que el médico me dio (ya le doy tres al pobre nene y no para de llorar, no puede dormir), pensaba ir con él, caminando, a la farmacia pero no me da. No me da para nada de nada. Agotamiento extremo. Tener tres hijos, sabelo es mucho. Muchísimo.
Nadie de la familia está logrando conjurar sus angustias.
Esa es una verdadera mierda.
Por lo demás, alegría porque Maru va a tener una niña. Lista de nombres. Saqué la mía, tenía un montón buenísimos para mujer y para varón muchos mejores que Camilo, me arrepiento mucho de no haber luchado más por algo que me gustara. Ahora, es para toda la vida.
En fin. Así de grises y cansadas las cosas.
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