Por ejemplo, tener una bañadera. Ponele. Los baños de inmersión suelen hacer que me baje la presión al mínimo pero igual, de vez en cuando, me gustaría tener la posibilidad.
Después, también, quisiera dormir una noche bien, poder despertarme y tener tiempo para hacer ejercicio (hoy tenemos el festival de la escuela de Tita, estaba tan emocionada con que fuéramos todos que Simón faltó a la escuela -está con Diego en la oficina- y Jose, Roberta, Camilo y yo partimos en un rato, el hamster se queda). También definir el hotel de LA y la renta del auto y cosas de la escuela de los chicos que aun no hice y debería resolver.
Hay sol y se nubla, sol, se nubla. Así: ¿quién aguanta?
Cené con Lisa y Carmen. Empiezan las despedida. Yo sé que uno se acostumbra a todo pero ¿es necesario?
¿Será posible que Macri sea presidente? DANGER!
Y no mucho más, casi no veo a marido. Llegó el domingo tarde y compartimos un mini rato, ayer se fue a la hora de siempre pero yo no me levanté (Camilo religiosamente comienza a tener dolores de panza a las cuatro menos cuarto y yo no duermo más) y llegó tarde por cerveza post rodaje. Yo ya dormía. Hoy, de vuelta no me levanté. Desencontrados.
Y así todo. No laburo hace días, no tengo ni fuerzas ni voluntad, a ver si hoy me pongo las pilas.
Hice una tarta de verduras tipo pascualina (la semana pasada tuve que comprar acelga porque no había espinacas, acá la acelga a veces es hasta más cara, en Argentina tiene mala prensa).
En fin.
Así de desvariadas las cosas.
Ah y no recibo un puto mail. ¡Ni siquiera de mi mamá!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario